El brillante violinista griego Leonidas Kavakos ha visitado la Sala Iturbi en ocho ocasiones, la última de ellas hace diez años. Vuelve al Palau de la Música con la Orquesta de València y el maestro Alexander Liebreich, para interpretar el exigente y endiabladamente rítmico Concierto para violín y orquesta nº 2 de Bartók, considerado como el concierto para este instrumento más importante del siglo XX, y uno de los grandes de todos los tiempos. Kavakos es aclamado internacionalmente por su técnica incomparable, su arte cautivador y su magnífica maestría musical. La Sinfonía nº 8 de Beethoven está valorada como la sinfonía más vienesa y una auténtica apoteosis del ritmo, no en vano el genio alemán la dedicó a su amigo Maelzel, inventor del metrónomo, y de hecho hizo una graciosa referencia en el allegretto de la partitura.